Cada día es una oportunidad para crecer para aprender y para ser una mejor persona.
Decidimos si lo que estamos viviendo es lo que nos gusta y cuando no lo es, a veces sentimos que nosotros somos el problema o que nosotros somos la decisión mal tomada, cuando en realidad, nosotros somos seres maravillosos que a veces tomamos malas decisiones.
Cuando hago mis sesiones de PNL, las personas que vienen a consulta me dicen: ¡que fácil suena! pero no están fácil...".
Cuando visualizas una situación complicada no como parte del problema sino, como mirándolo desde afuera, como un espectador, puedes ser mucho más objetivo.
Eres una persona y las situaciones aparecen, las puedes abrazar y sentirte miserable o puedes observarlas y pensar en una solución.
Cuando la situación podemos modificarla, quiere decir que está dentro de nuestro control y la vamos a modificar tarde o temprano.
Sin embargo cuando la situación no depende de nosotros, ni podemos hacer nada por modificarla, es
un hecho por lo tanto perder el sueño por algo así no tiene mucho sentido.
Si su vecino choca un auto y usted lo vio por la ventana no es culpa suya, es exactamente lo mismo.
Cuando hay una situación compleja que no depende de nosotros solucionarla, definitivamente es perder horas de sueño y tiempo pensando, muchas veces angustiándonos por ella y no vale la pena.
Tengamos claro que toda situación complicada que llega nosotros vino para enseñarnos algo y en lugar de preguntar ¿por qué a mí? la pregunta es ¿para qué a mi?.
Las dificultades son como acertijos que nos dan al oportunidad de pensar en soluciones, si lo vemos más como reto que como piedra en el camino, nos va a ayudar a tomar con mas calma las cosas que vengan y a tomar mejores decisiones.
No se crece mucho cuando la vida es muy fácil. Crecer, transforma y la transformación requiere esfuerzo. A seguir... eso es la vida.
