miércoles, octubre 11, 2023

Análisis del estado actual de mi relación de pareja

Las relaciones de pareja consciente distan de esos romances que nos vendieron las películas románticas donde sólo vemos los momentos felices y una que otra crisis. El amor real es increíble pero hay que trabajar por él.
El día a día nos conduce a veces a las rutinas que dificultan organizarnos para poder dedicarle a la vida de pareja un tiempo de calidad.


Expertos en terapia matrimonial llegan a decir que si los adictos al trabajo usaran el mismo ímpetu, tiempo y creatividad para sus vidas de pareja, serían sumamente felices y tendrían relaciones largas. No quiere decir que hay que dejar de trabajar si se desea un matrimonio sólido, pero si es importante que se le dé el espacio adecuado si se quieren vínculos a largo plazo.


Existe una herramienta que aprendí en una taller de Coaching por Valores de Zinquo® que se llama la Rueda del Amor en la que se ponen sobre el tapete 8 aspectos de la pareja en los que se puede colocar un puntaje del 1 al 10 para "medir" el estado actual y en esta ocasión sugirieron los siguientes:

  1. Capacidad de amar: ¿Qué tanto crees que das en la relación? ¿Sientes miedo de dar demasiado?
  2. Duración: ¿Creas estabilidad? ¿Has tenido relaciones largas?
  3. Comunicación: ¿Hablas demasiado? ¿Sabes escuchar? ¿Tienes una comunicación asertiva y eres libre de expresar lo que piensas o sientes?
  4. Convivencia:¿Son equitativos con las tareas?¿Me gusta poner normas pero soy algo inflexible? ¿Respeto lo que mi pareja cree que es bueno para el/ella y para ambos?
  5. Fidelidad: ¿Tienes acuerdos definidos?, ¿Confío o desconfío de mi pareja con frecuencia?
  6. Pasión sexual: ¿Eres juguetón/ona?, ¿Disfrutas del sexo? ¿Disfrutas de dar y recibir placer?
  7. Pasión emocional: ¿Eres un potenciador de lo bueno de tu pareja?, ¿Tu pareja te potencia? ¿Hay admiración entre ustedes?
  8. Crecimiento: ¿Cómo es la distribución del tiempo como pareja?¿Hay tiempo para cada uno de manera individual dentro de la vida en pareja?
Lo bueno es que podemos hacerlo cuando estamos sin pareja, como un auto análisis sano, sin juzgarnos con el afán de encontrar cómo mejorar.

Preguntas que son dolorosas responder cuando estamos en crisis son ¿Estaría conmigo misma?, ¿Me elegiría como pareja?, ¿Estaría con alguien con mi forma de ser y de sentir?.

Y eso se reduce a una frase sabia y muy motivadora: Sé la persona que quieres en tu vida.

Haz la prueba, estés o no en pareja, igual es desarrollo personal.

Los leo. 



viernes, octubre 06, 2023

Placer y felicidad

Cuando hablamos en terapia sobre la felicidad, cuando les digo que es vivir tranquilo y en paz me miran con cara rara y es que confundimos felicidad con alegría o peor, con euforia.

La euforia es la alegría desmesurada y tóxica muchas veces, entonces me puse a investigar un poco más a fondo porque también confunden buscar placer con buscar la felicidad.

Si hablamos a nivel biología, cuando sentimos placer, segregamos mucho de un químico que es la dopamina y con la felicidad mucha serotonina. Si bien ambas están involucradas en el sentirnos bien, en cantidades inadecuadas produce un problema de fondo.

La dopamina es un neurotransmisor que segregamos cuando estamos motivados, enfocados en el logro puntual de algo y cuando sentimos placer, como cuando comes un helado delicioso o ganas una carrera.  

Cuando la dopamina es producida en grandes cantidades estimulas las neuronas cercanas hasta el punto de matarlas, si sólo busco el sentir esa emoción del logro y la recompensa inmediata, genero una adicción a la sensación.

La serotonina por el contrario, tiene un efecto no estimulante sino apaciguador en la neurona. 

Si bien la felicidad es algo etéreo es la satisfacción residual por el esfuerzo realizado, si habláramos de una carrera sería el sentirnos satisfechos con los esfuerzos que se hicieron para lograr la meta, el tiempo invertido y el resultado obtenido.

Lo malo de la dopamina es que inhibe a la serotonina, por lo que infiero que necesitamos la dopamina para arrancar y la serotonina para disfrutarlo una vez que lo cumplimos. 

Cuando nos obsesionamos con algo y lo perseguimos sin control, nos estamos deteriorando por dentro es por eso que cuanto más placer buscas normalmente dejas de sentir felicidad.

Como para pensar ¿no?

lunes, octubre 02, 2023

Victimismo

En varios momentos de mi vida he sentido que todo conspira en mi contra: salud, dinero y amor se diluyen y solo quiero estar como en pausa para no pensar y me abrumo.

Cuando las personas que vienen a sesión creen que porque hago acompañamiento emocional mi vida está llena de arcoiris y mi mascota es un unicornio, les explico que sufro, lloro y se me acaban lo recursos. Como me dice mi terapeuta: "el ojo izquierdo no puede ver al ojo derecho", entonces entiendo que es momento de parar y desde la calma comenzar de nuevo.

El victimismo es como un callejón sin salida, culpo a los demás por sentirme triste: "ella me hace sufrir", aseguro cosas que no hay forma que las sepa como: "seguro está molesta, me miró mal". Somos subjetivos y tendemos a la fatalidad; volviendo nuestro día a día un círculo vicioso de emociones displacenteras donde lejos de aprender y tratar de comprender ¿para qué siento lo que siento?, atraigo "seguidores" de drama que me van a decir: Ay si, que malo es contigo, pobre de ti, tú que eres buena, pobrecita, etc.

Es importante la contención en momentos de dolor, que los hay; sin embargo quedarnos anclados en el dolor, puede volverse una patología si no se atiende a tiempo.

Vamos a ver el caso que tuve en consulta y para proteger a mi cliente le pondremos de nombre Elena. Su esposo le dijo que no la ama más y quiere irse a vivir con otra mujer. Él hará los papeles del divorcio, le deja la casa y le dará un excelente pensión alimentaria. Esta es la quinta vez que él le es infiel, ahora que se "re enamoró" de su primera novia, él está decidido a irse.


Elena es una mujer inteligente, hermosa y muy talentosa con la repostería; tiene su propia empresa y recibe halagos casi a diario; por otro lado tiene dos hijos adultos en la universidad que casi ni los ve. 

Elena no se quiere divorciar y cuando le pregunto ¿por qué?, me responde: "Amo a mi esposo, no puedo vivir sin él".

Revisamos infancia: Papá ausente emocionalmente, adicto al trabajo y las secretarias. Mamá maestra  de escuela brillante, le pondremos Ana de nombre, criada por una madre soltera que fue abandonada cuando el padre se enteró del embarazo.

Ana (Madre de Elena) soportó todo tipo de humillación con tal de "tener a la familia completa"; Elena no recuerda haberlos visto felices más de un día seguido, dormían en cuartos separados, almorzaban entre quejas y menosprecio y a los cumpleaños Papá siempre llegó tarde. Elena decía entre sollozos: me generaba ansiedad y hasta vómitos escucharlos pelear todo el tiempo y siempre terminaba en llanto de mamá rogando que no nos abandonara.

Esta sesión duró dos horas y fue reveladora, las palabras de Elena fueron: Ay noooo! Soy como mi Madre, dispuesta a todo por las apariencias y el querer tener la foto completa (Mamá, Papá e hijos). Ella no era feliz reteniendo a mi padre, ni él era feliz viviendo con nosotras, éramos como una cruz para él, no sabes las veces que recé llorando pidiéndole a Dios que se fuera y a veces hasta que se muriera.

Cuando nos casamos, no lo hacemos pensando que el matrimonio va a fracasar, nos casamos enamorados, llenos de expectativas, anhelos y con la falsa idea que la pareja va a llenar nuestros vacíos, lo que no es posible pues sólo se llenan cuando sanamos a nuestro niño interior herido.

Cuando tienes que dejar de amarte para "amar" al otro ya no estás amando, ni a ti ni al otro. Cuando sientes que dependes, no hay equidad; cuando te calla diciendo que no tienes la razón hay confrontación, cuando tu te haces responsable de todo y él es un cajero automático, no hay igualdad de condiciones.

La confianza es un pilar, cuando se pierde hay que hacer un gran trabajo para recuperarla y para el que traiciona hay que cambiar paradigmas profundos de crianza, sino vuelve a ser infiel.

Elena me dijo: cuando éĺ está en casa siento ansiedad, cuando es tarde y no llega también. Me recuerda a la incertidumbre de cuando mi Papá no llegaba y mi Mamá lo esperaba en el mueble hasta la madrugada para sacarle en cara que era un mal hombre - bien tóxica mi Mamá - dijo entre risas y lágrimas.

Mi Mamá sigue viva y siento que si me divorcio es un fracaso y le estoy fallando pero creo que a quién estoy fallando es a mi misma, mis hijos me dicen que lo deje, que es un mal esposo y fue un padre ausente, pero me aterra quedarme sola, me imagino que eso sintió mi Abuela cuando la dejaron embarazada de mi madre.

Yo estaba de espectadora viendo a Elena tomando consciencia cada 5 minutos de cosas como: miedos heredados, lealtades familiares invisibles y sensación de no merecimiento sin sanar.

Cuando nos aferramos a personas emocionalmente ocupadas (con pareja o amantes), inconscientemente podríamos sentir que no merecemos ser amados plenamente y nos conformamos con la migaja de amor que nos pueden dar en el tiempo que le sobra. 

Elena concluyó de esta manera: Luchi, no quiero conformarme con la migaja, tengo un trabajo, tengo hijos buenos y una casa preciosa donde hago mis postres. Es hora de pensar en mí como mujer y profesional. Se que no va a ser fácil, pero me voy a matricular en algunos cursos que quiero de pastelería y expandiré mi negocio, sé que me voy a mantener ocupada para no pensar en pajaritos... ya crié hijos, tuve un matrimonio de 23 años que veré como una experiencia, como si hubiera hecho una carrera universitaria y que sé que algún día agradeceré sin llorar.  

 Fue una sesión emotiva a más no poder, llena de información valiosa para ambas. Luego hicimos sesiones de autoestima y gestión del tiempo y hoy es una mujer plena con un pretendiente que la acompaña a seguir sus propios sueños.

En el victimismo no hay evolución, no invita a la acción ni al cambio. Si quieres que las cosas sean diferentes, ¡haz las cosas diferente!.

Síndrome del impostor

Hace tiempo que escuchaba sobre el síndrome del impostor pero no tenía muy claro a qué se refería, así que voy a compartir lo que investigué para los que como yo, no sabían bien qué era.

El síndrome del impostor parte de un niño herido que no se sintió suficiente, que quizá no tuvo reconocimiento de sus logros y que sintió en repetidas oportunidades que su esfuerzo no era el deseado, esa frase horrible del "no dar la talla".

Entonces, viene a ser el desmerecer nuestros propios logros y metas realizadas, el creer que tuvimos suerte, dudar de nuestras capacidades y destrezas al punto de tener miedo al logro porque sentimos que nos queda grande.

Cuando nos felicitan y decimos cosas como: "tuve suerte", " no soy tan bueno", "Lo logré pero hubiera sido mejor..." ( esto es mezclado con perfeccionismo) o "no merezco el crédito".

Esta sociedad ha ido cambiando poco a poco, hace treinta años atrás la mayoría de las abuelas decían: "no estés llamando la atención...", "perfil bajo nomás" , "Si destacas y te equivocas la caída será peor, tu haz tu trabajo y listo" y más frases que poco a poco han ido desapareciendo pero no del todo, sobre todo en entornos de pobreza y violencia familiar.

Cuando desmerecemos lo que logramos, minimizamos nuestros méritos y ninguneamos nuestros talentos, comenzamos a mermar la autoestima y la autopercepción de lo que somos. Recordemos que no hay autoestima baja o alta... o la tienes sana o no la tienes en ese momento, sin embargo esto repercute en nuestra salud mental y biológica. ¿Cómo así? 
La vergüenza es en la escala vibracional la emoción más baja, quiere decir que energéticamente somos como un celular con baja batería lo que inhibe las ganas de hacer cosas y como desencadena miedos, la parte frontal del cerebro no se oxigena adecuadamente o sea, no podemos pensar con claridad, no tenemos mucha voluntad y nos quedamos como anestesiados.

Si constantemente vivimos con miedo a la no suficiencia, podemos desencadenar cuadros ansiosos o depresivos o ambos porque se puede tener depresión gracias a un pensamiento recurrente ansioso.

Entonces, si crees que tienes el síndrome del impostor, te invito a realizarte un test facilito en este link; no para ponernos etiquetas sino para saber si lo tenemos y tomar decisiones para mejorar.  

Todos somos valiosos y especiales, reconocerlo no está mal, lo malo es sentirnos más que el resto cuando lo que hemos logrado, en realidad, es que nos hemos convertido en una mejor versión de nosotros mismos.

El control de la tristeza según Daniel Goleman

En el libro "La Inteligencia Emocional" de Daniel Goleman encontré información muy valiosa sobre la tristeza. Quisiera compartirla...