lunes, julio 11, 2022

Vulnerabilidad

Etimológicamente Vulnerabilidad viene de latín "vulnus" que significa herida por tanto vulnerabilidad  sería "posibilidad de ser herido" y  es por eso que le tenemos miedo.

Obvio que nadie quiere ser herido, menos por una persona que amamos, pero la posibilidad siempre existe; inclusive a veces nos herimos a nosotros mismos, cuando creamos expectativas sobre algo o alguien y al final todo sale al revés.

En temas de emociones, la vulnerabilidad la vemos como uno de los últimos peldaños de la debilidad, es como "estar en carne viva" y de ahí queremos que todo acabe.

Una vez escuché una frase: "en la vulnerabilidad está tu fuerza" y es que cuando tocas fondo, lo único que queda es subir, es sacudirse, echar a andar la creatividad y la improvisación para comenzar de nuevo.

Reconocernos vulnerables es como doblemente doloroso, no solo nos damos cuenta que lo externo nos va a doler sino que somos conscientes de la herida y estamos a la defensiva cuidando lo que queda de nosotros.

Una forma dramática de explicarlo pero sabernos vulnerables no es debilidad, no es ser blanditos sino es ser humanos, imperfectos y profundos.

La felicidad es un camino, si nos sentimos vulnerables y comenzamos ese proceso de valorar lo que


somos y lo que tenemos, es que nos damos cuenta de que cada logro, aunque sea chiquito, vale.

Es cuando comenzamos a florecer desde semilla, con las experiencias que nos dicen por dónde no ir y afinamos la intuición cada vez más.

Sentirnos vulnerables no está mal, no es el fin del mundo, hay que abrazarnos fuerte a nosotros mismos, sacar nuestros "trapitos sucios" y volver a empezar cada vez que se requiera, sin cansarse, sin pensar que somos un fracaso porque a veces no tenemos éxito en el proceso. La caída es aprendizaje no fracaso. 

Hacer pausas no es rendirse, es pensar, retomar y avanzar.

Siempre habrá gente que te ame y sea soporte, siempre puedes buscar un profesional que te ayude a salir de la situación, siempre hay un cómo si tú lo buscas.

miércoles, julio 06, 2022

Resistencia al amor

En varias oportunidades hemos escrito sobre el amor consciente, que es un amor que suma y acompaña, no limita ni crea dependencias; también hemos escrito sobre el merecimiento y el duelo cuando se pierde algo o a alguien.

Conversando con una amiga sobre "rehacer la vida" después de una ruptura amorosa pensé en escribir sobre el tema.

No hablaremos de matrimonio en sí, sino de una convivencia en la que se amó con todo y se intentaron muchas formas de reparar la relación, pero que a pesar de ello, ya no había manera de continuar sin que alguno de los miembros fuera infeliz.

Recordando las etapas del duelo, terminamos reinventándonos, hecho que nos puede llevar a estar listos para un nuevo amor, uno que ya no viene desde la carencia afectiva o la soledad, sino desde el sentirse pleno y decidir compartir esa plenitud con alguien más; la otra es decidir que no queremos tener una pareja en el momento cercano y nos dedicamos a cumplir sueños o metas personales.

Cuando hablamos de "darte una oportunidad de amar", he podido ver, que cuando hubo mucho dolor


hay miedos y uno se blinda para no permitir que las cosas que ocurren nos hieran. Pero el juego es peligroso porque podemos crear una coraza que se convierte en un repelente para la persona que se acerque a nosotros.

Hay personas que me cuentan que tienen miedo volver a enamorarse, a sentir ese descontrol que produce el enamoramiento en si. El enamoramiento ocurre, hormonas como la oxcitocina invaden el cerebro, tendemos a idealizar virtudes y minimizar defectos.

Cuando acaba esta etapa y vemos al otro realmente como es, comienza el trabajo del amor consciente; de hecho no somos perfectos y el otro tampoco lo es. Hay defectos de forma, logísticos digamos, que pueden irse mejorando pero cuando yo quiero que la otra persona cambie para mi, estoy en problemas graves, no lo amo como es sino como quiero que sea y eso no tiene buen final.

Amar es un trabajo diario, es levantarse, mirar al lado y decir: Hoy yo te elijo como compañer@ porque me sumas y yo quiero sumar a tu vida. Siempre hay cosas que mejorar pero porque ayudan a evolucionar a uno mismo no porque el otro "necesita que yo mejore".


Se estructura una vida de pareja desde la premisa de querer su felicidad estemos o no incluidos, así es señores, amo lo suficiente para entender que el otro no me pertenece, que estaremos juntos no para siempre sino mientras sea sano y que si su bienestar o el mío, en algún momento de la relación no está viviendo juntos, siempre queremos lo mejor para ambos, si hay que separarse el uno del otro, se hace y se agradece lo vivido y aprendido.

Así como los niños, después de la primera caída, uno ya sabe cómo poner las manos, si ya te fue mal y sabes qué no hay que hacer, buscar o pedir; fluir será más fácil y si las cosas no funcionaran ya sabemos lo que hay que hacer, pero que no nos frenen miedos imaginarios, recuerda que la mayoría de miedos solo viven en nuestra cabeza.

El control de la tristeza según Daniel Goleman

En el libro "La Inteligencia Emocional" de Daniel Goleman encontré información muy valiosa sobre la tristeza. Quisiera compartirla...