martes, agosto 01, 2023

La culpa, emoción inútil y destructiva

Cuando hablamos de responsabilidad afectiva en sesiones individuales sale a flote la frase " ¿Cómo no me lo voy a tomar personal si me lo está diciendo abiertamente: eres..." y llegar a comprender esto es largo.


Cuando alguien emite una opinión o asegura algo, es su punto de vista, es una posición sesgada de lo que considera una verdad, es decir: si yo no tengo ganas de salir con alguien y le digo que no voy, estoy siendo honesta; sin embargo para la otra persona puede ser un "me está rechazando". Para cada quien su verdad es "la verdad".

Cuando tenemos una inteligencia emocional relativamente estable, los NO, son una probabilidad válida y se manejan de manera respetuosa.

Cuando decimos: "por tu culpa me siento mal, porque tú me dijiste, tu me hiciste..." sin embargo, perdemos de vista la responsabilidad afectiva que tenemos con nosotros mismos, que involucra decidir qué hago con lo que me dicen, cómo lo tomo y qué permito que haga conmigo.

No es un buen negocio echarle la culpa al otro de una emoción personal, si te das cuenta, la reacción por default del otro es cerrar la comunicación porque se siente acusado y se va a defender, buscando tener la razón, hecho que lleva a discutir y no a solucionar.

Una buena forma de expresar una idea es asumiendo mi responsabilidad afectiva: "Yo sentí que me recriminabas algo que no hice", diferente a decir: "Siempre me culpas por todo". Recordando que en las peleas recurrimos a los SIEMPRE y NUNCA, que son absolutos irreales.

Si te duele algo es porque el otro tocó tu herida, la herida es tuya y sólo tú puedes darle a alguien el poder de que te lastime. Generalmente son heridas de infancia, carencias y pensamientos limitantes que rondan tu mente y no te dejan ver la realidad.

Siempre habrá alguien que valore lo que eres y lo que das, ocurre con frecuencia que cuando alguien trabaja en sí mismo y crece, varias personas de su entorno lo sentirán lejano y no comprenderán su proceso.

Según una investigación del Dr. Eduardo Calixto el 87% de las relaciones que comenzamos se terminarán en 3 años en promedio, además sólo una de cada 10 personas que conocemos y que deseamos con el alma que se quede en nuestras vidas lo hará.


Por lo tanto, si deseamos tener salud emocional debemos comenzar por escoger qué dejamos que influya en nuestras vidas y qué no vamos a permitir que lo haga y cuando una situación repetitiva incómoda aparece, quiere decir que hay algo que debemos sanar, aprender o ignorar.

Enfócate en lo que suma y en la información que te ayuda a crecer. La vida es como una montaña rusa que hay que aprender a sobrellevar y a disfrutar.

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