domingo, noviembre 10, 2019


La importancia del sentido de vivir

Voy a volcar puras ideas mías, que son consecuencia de estudios, mucha lectura y la vida misma.

Todos nacemos con un objetivo bajo el brazo, que es enseñar algo a la gente que sabe de nuestra existencia; desde una mujer que anhela ser madre toda una vida, hasta el asesino más despiadado.

Unos nos enseñan cosas maravillosas: alguien sin piernas que hace deporte, nos enseña: persistencia, decisión, logro a pesar de todo lo que le va en contra. Una mala persona nos enseña su lado más oscuro y nos invita a reflexionar, qué no queremos ser o hacer en nuestras vidas.

Pero, ¿qué pasa cuando alguien dice: "Mi vida no tiene sentido"?

La depresión, en muchos casos (léase muchos y no todos), es una manipulación para captar la atención del entorno y vivir desde el victimismo (Ay pobre de mi); pero en otros casos, es un desorden químico del cerebro y hay que regularlo con medicación hasta que se encuentra una especie de equilibrio.

Para mi, y resalto, para mi, el tema de la medicación debe estar acompañado de terapia, porque los medicamentos son como una mordaza de la mente, es decir, calla tu mente, te mantiene en "control" pero la razón por la que te sientes deprimido no ha cambiado. 

Definitivamente si estás en descontrol, tu claridad mental es casi inexistente y no vas a solucionar nada, pero, por experiencia propia, un alprazolam no borraba lo miserable que me sentía, solo me dejaba dormir en la noche 8 horas y ya no andaba llorando por las esquinas de mi casa. A eso quiero llegar.

Todos tenemos un ¿para qué? en la vida: lo ideal es por ejemplo decir: "quiero ser una excelente madre" en lugar de decir "quiero que mis hijos sean felices"; ¿por qué?, porque el "para que" es personal, es tuyo y porque solo puedes controlar lo que das o sientes y no lo que los otros dan o sienten.

Hablando claro: mi para qué es mi razón de vivir, que pueden ser varios obviamente, pero deben depender de ti y debes manejarlos tú, porque cuando los pones en el hombro de otra persona, lo haces responsable de algo que no le pertenece y lo vuelves carga. 

Por ejemplo: "el para qué de mi vida es que seamos esposos felices y vivamos juntos para siempre"... ¿Te das cuenta que le estás poniendo en el hombro a otra persona algo que tu quieres que ocurra? , diferente es :"el para qué de mi vida es: evolucionar y ser una persona completa para vivir en armonía siempre", la persona que te ame por lo que eres y por lo maravilloso que das, nunca querrá estar lejos de ti; el estar juntos para siempre se va a dar. Este es un ejemplo algo romántico pero creo que me dejo entender.

Cuando las personas pierden ese sentido de la vida, esas ganas de seguir, dan tumbos de un lado al otro y se sumergen en vicios que los aniquilan poco a poco, es un gran sufrimiento para el que lo padece como para su entorno y no importa que hagamos miles de cosas, si esta persona ya no tiene un ¿para qué? y decide irse de este plano solo nos toca ser comprensivos.

Hay veces la familia o los amigos tratan de ayudar, estar pendientes, buscar alguien que los saque de este laberinto de emociones autodestructivas, que es lo mejor que se puede; pero cuando no funciona, tratemos de no juzgar, ni pensar que era una persona malagradecida, egoísta, injusta o cualquier otro adjetivo.

La persona que no tiene un ¿para qué? en su vida es como una carcasa vacía forrada de dolor constante, si hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance y no fue suficiente, luego del dolor natural, hay que perdonarse a uno mismo, pues nos es culpa del entorno por no haber hecho suficiente, es simplemente que, este ser humano imperfecto (como nosotros) y lleno de dolor decidió que necesitaba un descanso.

Es fácil juzgar cuando se está fuera, es fácil opinar, cuando no has estado dentro de un círculo vicioso de dolor y desesperación. Evolucionemos como seres humanos y aprendamos a aceptar, que cuando una persona toma una decisión de este tipo, es porque llegó al límite de sus fuerzas; nosotros no podemos hacerlo mejor, nosotros no hemos vivido su vida, ni sentimos lo que siente, ni tuvimos la infancia que tuvo. Es realmente imposible decir: yo hubiera hecho esto o lo otro, era su vida y nadie la conocía mejor que él.

Podrán decir que Dios te regala la vida y que solo él te la puede quitar, pero también podemos pensar que solo Dios sabe cuando llega tu momento; el cómo es cuestión de formas, limpiémoslo de juicios absurdos. Nos vamos cuando nos tenemos que ir, porque nos mataron, nos enfermamos o porque decidimos que ya era el momento.

Como puse al inicio de este post, es mi punto de vista, no espero que lo compartan pero les pediría que no los juzguen, solo los que hemos estado en ese pozo profundo sabemos lo difícil que fue a veces continuar.

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