El perfeccionismo es una conducta nociva y persigue a un afán de perfección irreal.
El miedo a perder el control se ha vuelto el pan nuestro de cada día, siendo uno de los primeros causantes de estados de estrés crónico y crisis ansiosas.
Nada más cierto que la frase "todo está perfectamente descontrolado" y es que el ser humano por naturaleza, se siente fuerte cuando cree que tiene la razón y que las cosas ocurren como él así lo programó.
Cuántos pleitos de pareja por llegar tarde, cuando hay situaciones en el tráfico, que por más temprano que uno sale igual llega tarde a su destino; cuántos gritos de Jefes que quieren todo "para ayer" poniendo plazos irreales y podríamos escribir más de cien líneas de situaciones en las que sentimos que "las cosas no salieron como hubiéramos querido".
No digo que esté mal ser previsor, programarse, tener un plan... eso es necesario, pues vivir sin estructura nos vuelve temerarios y hasta poco convencionales, sin embargo; si porque "no salió como yo quería" hago bucles emocionales interminables, me desquito con personas que no tienen nada que ver y vivo en angustia; el perfeccionismo ya pasa a ser como una especie de patología.
La vida es rica por sus sube y bajas, es incontrolable y por más calculadores que seamos, los planes se "descarrilan" a veces y "rumiar" la rabia por horas nos perjudica la salud de una manera alarmante y lamentable.
Aquí la idea es ser flexible, es gestionar las emociones ante los imprevistos; pues está comprobado, que con desesperación y rabia el cerebro literalmente "no puede pensar con claridad".
Ningún problema merece mermar tu bienestar y perturbar tu equilibrio interior.
No le des las llaves de tu paz a nadie ni a nada que esté fuera de ti, recuerda que el error es tu mejor maestro y sólo te viene a hacer recordar que hay una mejor manera de hacer las cosas. A cuidarse!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario