La Psiquiatra Marian Rojas Estapé (España) es una gran estudiosa de dos de los químicos más influyentes en nuestra vida: el cortisol y la oxitocina. El cortisol es la hormona del estrés, pero que en cantidades normales nos ayuda a despertar por las mañanas, enfrentar desafíos y mantenernos alerta cuando hay algún peligro; es una hormona cíclica y su liberación posee un patrón que sigue de manera habitual el ritmo de la luz, se segrega regular al levantarnos y sube un poco en la noche de nuevo, pero en menor cantidad.
¿Qué efectos produce en el cuerpo el cortisol?
Acelera el ritmo cardiaco, aumenta la glucosa en sangre porque inhibe la producción de insulina, ralentiza el sistema inmune, el exceso de sangre puede hacer que aumente la presión arterial y aparezcan migrañas. Es más, existen ya estudios donde relacionan procesos inflamatorios cerebrales con la depresión.
Es una realidad que estar sometidos a largos periodos de estrés trae problemas cognitivos, de concentración y memoria.
No todo está perdido, existen dos soluciones para estos excesos de cortisol (entre otros seguramente): rodearse de personas vitamina y producir oxitocina.
Recordemos que tenemos dos grandes herramientas que son la inteligencia y la voluntad y que lo adecuado es usarlas a nuestro favor.
La gran heroína: la oxitocina
Por otro lado, la oxitocina aparece en las mujeres a finales del embarazo y la lactancia con más fuerza; aparece en hombres y mujeres durante momentos de placer y es importante para crear vínculos afectivos. Viaja por el torrente sanguíneo provocando calma y se fija más en los receptores del nervio vago y el corazón.
Cuando eres generoso y compasivo, segregas oxitocina; esta hormona tiene la capacidad de disminuir la ansiedad; si tienes problemas de fobia social o hablar en público, ver una persona sonriente hace que la produzcas y disminuyas el estrés.
Las caricias y afectos elevan la oxitocina, es vital en la sexualidad, ayuda a generar vínculos. En hombres, la testosterona inhibe a la oxitocina y suena lógico pues la testosterona nos lleva a estados de agresividad mientras la oxitocina nos ayuda a empatizar con el entorno.
El ser humano necesita el contacto físico, la caricia y la cercanía para poder sobrevivir; este contacto ayuda producir oxitocina. Se ha comprobado que las personas solitarias por lo general enferman y viven menos.
Entonces en resumen: hay que elevar la producción de oxitocina, haciendo lo que hemos leído arriba y además escuchando música que nos gusta, mandando un mensaje a alguien que queremos, abrazando a la mascota y haciendo cosas por nosotros o los demás que nos llenen de felicidad.