El coaching, en mi opinión es una combinación: un tú puedes, con un cómo, el acompañamiento inicial para los primeros pasos y un seguimiento.
El otro día, asistí a un taller sobre Team Coaching y pude rescatar varias cosas:
- El facilitador cuando levanta información debe ser neutral, no opinar ni tratar de convencer a las personas que desean hacer los cambios.
- El líder elegido por la empresa puede no ser el idóneo pero allí está la habilidad el facilitador de convertirlo en uno.
- La convivencia fuera de la oficina ayuda muchísimo a limar asperezas y de una manera lúdica descubrir fortalezas y debilidades.
- La adaptabilidad a los cambios y la falta de empatía, son dos de los problemas más grandes en una corporación.
Si eso lo trasladamos a la familia, colegio o universidad, es exactamente lo mismo y la teoría nos afirma que como somos en casa somos en la oficina.
Como terapeuta, estoy convencida que si trabajamos para optimizar nuestro yo y encontrar nuestro centro, vamos a poder dar lo que tenemos y somos en coherencia, a beneficio nuestro y de los que nos rodean.
Seamos nuestro propio Coach y si nos faltan fuerzas, hagamos un plan con uno y persigamos llenos de entusiasmo esos sueños y desarrollemos esas habilidades para vivir mejor y más felices. ¿Intentamos?
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