Enric corbera en su libro "Emociones para la vida", explica muy al detalle casos personas que van a terapia por situaciones que no pueden comprender pero que no les permite sentirse plenos, felices o realizados.
Tengamos en cuenta que no es un tema de culpar, el victimismo es el enemigo de la evolución del alma, la idea es comprender cómo una situación de dolor (consciente o inconsciente) puede bloquear el camino para la plenitud de nuestra vida.
Corbera explica que podemos ser padres ausentes aún estando en casa, pero estando solo físicamente, sin involucrarse en temas del día a día, igual o peor de nocivo que el abandono del hogar.
Si soy madre, me quejo todo el tiempo, me dedico a las labores el hogar, solo critico lo que hace el resto y no crío desde el amor a mis hijos, es una forma de ausencia y falta de vínculo afectivo.
Quitarle valor a lo cotidiano porque tenemos cosas "importantes", decir "los hombres no lloran" y obligarlos a reprimir emociones, decirle a tu hija menor "atiende a tu hermano" inculcando un machismo que no suma; son algunas de las formas de criar que traemos desde niños e incluso en nuestra memoria transgeneracional.
Esto que lees ahora es una llamada a a conciencia, una alerta para revisar cómo estamos manejando nuestros temas en casa.
Mejorar cada día es la consigna.
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