miércoles, marzo 06, 2019

¿Vivo mi propia vida?

A veces me es difícil dejar la filosofía a un lado, pero es necesario hacer altos en nuestras vidas para poder decidir cosas.

En las ventas te dicen: "si el método que usas te lleva a cumplir tus objetivos, no lo cambies" y suena coherente. El mundo de las ventas es similar a la vida.

¿Cómo así?. Vives para lograr cosas y cumplir sueños, normalmente tenemos ilusiones que concretamos y las volvemos realidades.

Este cartelito lo dice muy claro, a veces es más sencillo cumplir lo que soñamos, otras veces, necesitamos ayudita o un esfuerzo que no pensábamos que existía dentro de nosotros. Sea por una cosa u otra, cumplirlos nos hace bien, no hace crecer y nos sirve para enseñarle a otras personas a creer, sobre todo a nuestros hijos, grandes espectadores de nuestras vidas y compañeros de vida por corto tiempo; luego vuelan y se van a vivir sus propios sueños, con la certeza que ellos también pueden.

Pasan los años, llegan los 40, 45, 50 y los pagos, el trabajo, la rutina y un sin fin de situaciones -repetitivas muchas veces- nos hacen perder la cuenta que quizá, no estamos viviendo nuestras propias vidas.

¿Cómo saberlo?
Una forma, es cuando te haces preguntas muy personales, en soledad y que prefieres decir: mejor dejo de pensar en ello porque esto va a terminar mal.
¡ERROR!, no podemos corregir el rumbo si no sabemos a dónde vamos.
Cuando sientes que andas como perro que persigue su cola, cuando te resignas, cuando sientes que no hay otra forma de hacer las cosas.

Para saber con qué vas a empezar a enderezar esas partes de tu vida con las que no te sientes muy conforme, vas a revisar la "Rueda de la vida"

Ponle un puntaje del 1 al 10 a cada item, siendo sincero y no tan condescendiente.

Una vez que ubiques en qué necesitas trabajar más, haz un plan, si no tienes idea, recurre a talleres, convérsalo con alguien o busca alguna herramienta de emprendimiento que te ayude a planificar, ponerlo en acción y llegar a tu 10.


¿Por qué digo con "alguien"?, porque hay dos cosas buenas en no hacer esto solo. Cuando se lo dices a alguien: creas una promesa (te obligas a trabajar en ello) y tienes a una persona que te haga seguimiento. "Un problema entre dos es menos atroz " decían las abuelas, cambiémoslo a "un proyecto entre dos es menos atroz".

Te invito a probar, averiguar cómo puedes mejorar, ser más feliz y porqué no, cumplir ese sueño.



No hay comentarios.:

Ira - Educando las emociones

En el libro " Brújula para navegantes emocionales " de Elsa Punset aparece el tema de la ira y cito textualmente: " Aunque m...