Con cierta frecuencia llegan a consulta personas que me dicen: "tengo preocupaciones que no puedo sacar de la mente".
Cuando un problema tiene solución, ya no es un problema, es una situación en proceso de cambio; sin embargo, cuando la solución no depende de uno mismo o ya no tiene arreglo, es un hecho, no lo podemos cambiar.
Cuando estamos preocupados, no solo estamos dispersos o abrumados sino energéticamente bloqueados, nuestra vibración es baja y en lugar de buscar soluciones, encontramos puras piedras en el camino.
Respirar profundamente unas diez veces ayuda a tranquilizarnos, otra forma es salir a la calle y observar cada ventana, cada árbol, respirar para sentir el olor, mirar a las personas.
Si buscamos herramientas más elaboradas, hay aplicaciones para celulares para meditaciones guiadas que son gratuitos, podemos utilizar tapping, yoga, cantar a todo pulmón o salir a caminar con música (de paso hacemos ejercicio).
Tanto darle a un mismo pensamiento termina en migrañas y/o grastritis; mejor busquemos mecanismos que nos ayuden a aclarar la mente y quien sabe, encontramos una solución nueva y mejor que la anterior.
¿Probamos?.
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