martes, junio 23, 2020

No ves a tu pareja como es, sino como tú quieres que sea (Libro: Ni felices ni para siempre)

"Cuanto mayor es la desconexión con tu ser, mayor es también la identificación con el ego. Es entonces cuando, cegado por tus necesidades, deseos, prioridades, sueños, ilusiones y expectativas, empiezas a deformar la realidad. Ves el mundo a través de unas gafas totalmente empañadas por una neblina egoica. 

De este modo, te conviertes en un distorsionador profesional de la realidad. Sin embargo, al ignorar tu propia ignorancia, estás convencido de que las interpretaciones egocéntricas y subjetivas que haces de la realidad son la realidad objetiva en sí misma. Por este mismo motivo, no ves a tu pareja como es, sino como eres tú. Las etiquetas con las que defines a esa persona dicen mucho más acerca de ti que de ella. Tu pareja te hace de espejo. Al mirarla, te proyectas, viendo tu propio reflejo. Si no te quieres a ti mismo, tenderás a sentirte triste porque percibes que no te quiere. Si te sientes inseguro, a menudo la mirarás con desconfianza, volviéndote celoso y posesivo. Sin darte cuenta, el ego recreará en tu mente escenarios inciertos con los que justificar todo tu miedo. Si emocionalmente estás en guerra contigo mismo, te pasarás la vida encontrando alguna excusa para entrar en conflicto con tu compañero sentimental, lo que no hará sino perpetuar tu propio malestar. Y no te engañes: todo ese dolor y todo ese sufrimiento no tienen absolutamente nada que ver con el amor, sino con el ego. Al vivir tiranizado por este mecanismo de defensa, te es imposible ver a tu pareja. Tan solo ves el reflejo de tus necesidades y deseos no satisfechos. 

Así que recuerda: ¡en la cama no sois dos, sino cuatro! El inevitable choque de egos os está impidiendo vivir y disfrutar de un amor mucho más sano, nutritivo y sostenible."

¿Habilidades desconocidas?


En este tiempo de cambio, reinventarse ha sido una palabra que al comienzo me sonaba a "complejidad" a pesar de haberlo hecho yo varias veces, pero se volvió una constante y me dediqué a escuchar a diferentes personas y me encantó la conclusión que saqué.


Mucha gente se quedó con una mano delante y la otra atrás, la pasó muy mal: sin salud, sin dinero y sin amor; eso es algo que tengo muy claro, pero ahora me gustaría resaltar algunas historias que son  la otra cara de la moneda.

Un señor de más de 60 años, mototaxista, ahora era "el señor que hace las compras", le hacías una gran lista con 3 o 4 establecimientos, te compraba lo que pedías tal cual y te llevaba el mandado a tu casa, cobrándote un plus por su servicio. Su condición era que solo iba a contestar el teléfono de personas conocidas y recomendadas, por lo tanto; si tu amiga te pasaba la voz, tenía que darle tu número y el tendría tu nombre registrado, si lo llamaba un número desconocido no contestaría.

Una mujer de 54 años que se dedica a la venta de ropa en un la tienda de Gamarra que tiene claro que pasará un buen tiempo antes de que pueda regresar al trabajo y se dedica a hacer alfajores, galletas de avena y rosquitas ofreciéndolas entre personas conocidas.

Una mujer de casi 40 años que era empleada del hogar y que se queda sin ingresos de un momento a otro, ahora confecciona tapabocas, tiene su propia marca, las entrega por Glovo y tiene diseños en Facebook para que puedas elegir el que más te guste.

Un hombre de 43 años, odontólogo en una clínica, que prepara Lasañas a pedido y disfruta tanto de hacerlas como de entregarlas.

Los terapeutas, que aprendimos que las sesiones son posibles por un zoom o por WhatsApp; que los vínculos se refuerzan, de manera distinta, pero prevalecen a pesar de la distancia; la misma que se volvió más corta, pues ahora podíamos hacer sesiones a nivel internacional.


Chicos universitarios que al ver a sus padres tener problemas con los sueldos, se dedicaron a dar clases particulares por WhatsApp y tener ingresos extras que los ayuden a cubrir sus gastos y poniéndole el plus, de que comenzaron a entender, que la familia es un equipo, y que cuando las cosas se ponen complicadas, todos debemos remar al mismo objetivo.


Cantidad de colegas que hemos regalado horas de nuestro día a día para hacer contención de personas que estaban pasando por momentos terribles,  maestros contrariados por un cambio tan radical, que fueron atendidos y recibieron talleres de gestión emocional.

Ver como personas de la tercera edad, empezaron a tejer a crochet a palito o a cocinar y grabarse con el celular de sus nietos y haciéndose famosos.

Ver actrices con la cara lavada, enseñando qué cremas y qué productos usan para poder tener una piel lozana; antes creo que hubiera sido casi imposible ver a una actriz con cero maquillaje y que abra el baño en su casa para contarte todo lo que hace para permanecer bella.

Rompimos estereotipos, los gerentes tuvieron que bajar al ruedo y buscar opciones, las personas que se sentían inalcanzables, se dieron cuenta que un bicho las conminó a su casa, igual que cualquier mortal y todo empezó a tener un valor diferente, la vida se volvió lo más importante en el día a día.

Recordamos esas habilidades tan nuestras, escondidas, que no las desarrollamos sentados en la oficina, pero que era nuestra pasión y que alguien en algún momento nos dijo: "eso no da plata, no te ves bien  o vas a morirte  de hambre"; ahora que las cosas estaban tan complicadas, fueron las que nos salvaron la vida y el bolsillo.

Quizá tengamos que poco a poco reincorporarnos al trabajo, a una rutina y todo eso, pero nos quedó claro de qué estamos hechos en realidad, que estamos dispuestos a hacer de todo - como lo hemos demostrado - para sobrevivir a una crisis tan gigante y no morir en el intento. 

A seguir creciendo a propósito.

jueves, junio 11, 2020

Dinero y ayuda

Hace un poco más de un año, comencé en esta experiencia maravillosa de las terapias y los talleres utilizando la programación neuro lingüística y las herramientas lúdicas, que dicho sea de paso son geniales para desbloqueos emocionales y plan de acción de objetivos.

No soy docente titulada, pero me fascina enseñar y cuando he dado capacitaciones, siempre me preocupé de que nadie se quedara con dudas, creo que también me ayudado mucho, el hecho de cantar en coros, porque me dio cierto dominio escénico y puedes aprender a jugar con la intencionalidad mediante la voz.

Amo lo que hago realmente y por fin encontré una actividad, que me hace sentir completa pero tenía un inconveniente y es que como mi rubro es el de la ayuda, algunas veces, una reunión familiar podía terminar en una "terapia personal", se volvían las cosas un poco intensas.

En un curso que llevé con unos terapeutas españoles, dijeron una frase que me encantó: "Vender es  ayudar", Tiene mucho sentido porque si yo vendo rocas azules que para algunos no tendría ningún sentido, para alguien que la compra, simboliza quizá la buena suerte,  finalmente está comprando un momento de felicidad y un amuleto. 

Entonces conversando con otras personas pude aclarar mis ideas y ordenarlas. Comprendí que para poder ayudar a alguien de manera profesional:
-  Necesito un ambiente adecuado
- Tener a la mano las herramientas que no las llevo siempre conmigo. 
- Lo poco que se pueda conversar con libertad restringida, no es la ayuda que realmente necesita la otra persona. 

Si desea que yo lo acompañe en el proceso le puedo dar mis datos y si prefiere que sea alguien que no lo conozca, puedo darle números de mis colegas. Y esto no es mercantilismo, esto es hacer las cosas bien.
Así que si quieres contarme algo soy todo oídos pero si quieres un acompañamiento profesional nos vemos en el consultorio. 

La infelicidad

Recuerdo cuando era adolescente y escuchaba como insulto máximo la palabra "infeliz";  se supone que se usaba para degradar a alguien. Hoy que ando sumergida en el mundo de las emociones empezaba a recordar aquella palabra y ahora tenía un sentido diferente.

Leyendo  el libro " Una nueva tierra" de Eckhart Tolle, apareció la palabra "infelicidad" y me evocó el recuerdo de la frase "Déjalo, es un pobre infeliz" (como un mensaje emergente en el aire) y me pareció interesante el texto, así que lo comparto:

"El ego crea separación y la separación crea sufrimiento. Por consiguiente, es obvio que el ego es patológico. Aparte de las formas más claras de negatividad como la ira, el odio y demás, hay otras más sutiles, las cuales son tan comunes que por lo general no se las reconoce por lo que son. Entre ellas se cuentan la impaciencia, la irritación, el nerviosismo, el hastío, etc. Esas formas de negatividad son la infelicidad latente, estado interior en el cual suelen permanecer muchas personas. Es necesario estar supremamente conscientes y absolutamente presentes a fin de detectarlas. Siempre que lo hacemos así, tenemos un momento de despertar y se suspende la identificación con la mente. 

El siguiente es uno de los estados negativos más comunes, el cual puede pasar desapercibido precisamente por ser tan común y normal, seguramente usted estará familiarizado con él. ¿Suele usted experimentar una sensación de descontento que podría describir como un resentimiento latente? Puede ser específico o inespecífico. Muchas personas pasan gran parte de sus vidas en ese estado. Se identifican hasta el punto con él, que no pueden tomar distancia de reconocerlo. Detrás de esa sensación hay ciertas creencias inconscientes, es decir, unos pensamientos. Sentimos esos pensamientos de la misma manera en que soñamos al dormir. En otras palabras no sabemos que tenemos esos pensamientos como tampoco el soñador sabe que sueña. " 

Hay una frase que utiliza mucho Enric Corbera y es "En el victimismo no hay evolución", Por lo que me queda como resumen a lo anterior que mientras estamos sumergidos en un sufrimiento constante no podemos evolucionar es como andar dormido como poner la vida en pausa.

Ojo, Siempre habrán situaciones difíciles que nos van a producir sufrimiento, pero si no tomamos conciencia de ¿para qué? lo sentimos y buscamos alguna forma de superarlo, nos vamos a quedar congelados como la cigarra en el invierno.  

lunes, junio 01, 2020

Gestión Emocional y Docencia

La coyuntura nos orilla a tener actualmente bloqueos o desbordes emocionales, el primero no nos deja pensar en soluciones; el segundo nos hace decir o hacer cosas, que en el fondo después nos arrepentimos. 

Ese es el día a día, tratamos de encontrar herramientas que nos ayuden a centrarnos y poder sobrellevar lo que el día nos regala, bueno y no tan bueno. Hacemos las cosas de la casa, ayudamos a los chicos con las tareas, mientras avanzamos los pendientes del trabajo.

Tuve la gran oportunidad de hacer un taller para docentes, en donde tratamos temas que normalmente están fuera de las prioridades del colegio y es cómo gestionar emociones: antes, durante y después de una clase virtual. Y es frustrante darme cuenta que le damos poco valor a  cómo y qué sienten, sin contar que han tenido que re dieseñar estructuras de clases y "re inventarse" todos los días con apoyos incipientes del sistema educativo en sí por la coyuntura.

Utilizamos técnicas para disminuir la ansiedad antes de una clase, hablamos sobre hacer preguntas poderosas cuando hay situaciones complicadas durante una clase virtual: se hace difícil de manejar  cuando algún alumno hace una "payasada online", cómo llamar a la reflexión a alguien que  no cumple con los trabajos (indagando razones concretas) y buscando que lleguen a tiempo a clase. 

Cuando la clase se pone densa, les explicaba cómo jugar con los chicos y retomar; por último y no menos importante el hecho de saberse vulnerables, que se pueden equivocar y que eso no los define, que ellos no son el error, que un problema es la mejor oportunidad para aprender y entender que los chicos quieren a un ser humano que comparta sus conocimientos y no un robot de conceptos.

Esto es un granito de arena que pude aportar, y sentir el cariño de los maestros fue algo que llena mi corazón y me ayuda a creer que si seguimos humanizando a los maestros y aportando más soluciones que quejas, TODOS vamos a mejorar, seamos parte del proceso de cambio aportando cosas que sumen.

Ira - Educando las emociones

En el libro " Brújula para navegantes emocionales " de Elsa Punset aparece el tema de la ira y cito textualmente: " Aunque m...