Hace unos días tuve el enorme placer de dictar parte de un taller de Neurofelicidad y fue increíble poder darme cuenta, con el grupo de alumnos, de cuán importante es la neurociencia para la optimización y mejora en la empresa desde una atmósfera de felicidad individual.
Es que la psicología estudia el comportamiento humano, pero la neurociencia nos explica cómo el cerebro procesa el comportamiento fisiológicamente y mientras lo explicaba en fácil les decía: "así como optimizas tu celular, igual podemos ayudar al cerebro a producir los químicos de la felicidad creando hábitos dentro de los procesos que hacemos día a día".
Comprender que cuando tengo esa sensación de felicidad y puedo desarrollar mucho más esa capacidad para solucionar situaciones complejas y tomar decisiones acertadas.
Hay un ejercicio que me gusta mucho: "Tu YO en 5 años". Es sobre ponerte en el caso de que han pasado cinco años y no hubieras tenido ningún problema de dinero, ¿dónde crees que estarías? ¿con quién? ¿haciendo qué? y ¿cómo te sentirías?. Nunca me ha ocurrido que alguien se ponga triste. Ese entusiasmo sin filtros, ni juicios, ni miedos, es felicidad.
Preguntas a los colaboradores como podrían mejorar el entorno laboral, casi en todos los talleres escriben: reconocimiento por sus logros y agradecimiento por lo que hacen.
Si lo analizamos de manera simple: cuando estamos en un lugar con gente amable, trabajando de manera colaborativa, donde todos somos importantes y valorados por ser diferentes, porque tenemos talentos distintos ¿cómo podría caber la ineficiencia, desmotivación o auto sabotaje? ¡No habría tiempo! estaríamos utilizando las horas de trabajo haciendo lo que mejor sabemos lo mejor que podemos y sin sentir miedos.
Suena bien romántico pero te invito a que escribas 5 cosas que te gustaría hubieran en tu trabajo: desde felicitación al buen trabajador hasta plantas naturales en el comedor, no te restrinjas. Verifica qué es viable en tu empresa y desde tu escritorio se un agente de cambio para mejorar tu ambiente laboral. Para que la empresa mejore no necesitas ser el dueño, necesitas querer vivir mejor, estimular tu cerebro a sentir felicidad y que tus compañeros también se sientan igual que tú.
¿Probamos?
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