El mundo de las mascotas es infinito; hace poco tuve la oportunidad maravillosa de trabajar en una veterinaria llamada Waykis Pet que tenía algo muy peculiar; TODOS los integrantes del Staff amaban a las mascotas y esa era una propuesta de valor muy interesante, pues las mascotas que estaban de paseo por la calle y eran clientes, querían entrar y jugaban con nosotros.
A los gatos complicados les ponían "música para gatos" para bañarlos y se soltaba a veces a los perros que estaban listos para que jueguen con la pelota y "el pollo" de jebe.
Los "papitos" de las mascotas andan fascinados con la manera en la que se les trata a sus engreídos pero hay un lado complejo de manejar en este rubro y es la pérdida de la mascota.
Clientes desesperados con situaciones no muy sencillas con la salud de un perro anciano o el diagnóstico de una enfermedad crónica incurable, eran algunos de los momentos duros que había que afrontar y no solo para el cliente sino también para el veterinario, quien trata de buscar una forma no tan dolorosa de decir que su engreído puede morir.
Solo trabajando con perros y gatos a diario pude darme cuenta de la magnitud que tiene el amor de una mascota a su dueño y viceversa.
Desde la ternura de Oreo el cachorro, la picardía de Risco y la docilidad de Tom el gato, hacen que el humano pueda amar a su mascota por lo que representa: un compañero de vida.
Ver indefensa a Pecana que fue atropellada o acariciar a Estrellita con una infección que casi acaba con ella, me hacía ver que esa frase de "es solo un animal" es injusta e impreciso.
Una mascota que muere no solo deja un gran vacío físico sino miles de recuerdos de todo tipo y si realmente nos consideramos personas empáticas, decir : "solo era un animalito" es algo que no debería pasar por nuestra cabeza.
Solo cuando amas a tu mascota, esa que te acompañó en la pandemia, que te aguanta el mal humor, que se sienta a tu lado cuando estás depre, con esa mirada tan sincera y genuina, puedes comprender el verdadero dolor de no tenerla más a tu lado.Si quieres ayudar, no minimices el dolor de la pérdida, entendamos que toma un tiempo acostumbrarse, acompañemos a la persona que ya no podrá acariciar más a su mascota y entendamos que el amor es una energía que fluye y que puede ser igual de doloroso perder a alguien de tu familia como perder a tu peludo de cuatro patas.
Aprendamos a ser buenas personas con los que sufren por sus mascotitas, seamos responsables de ellos llevándolos a sus chequeos preventivos y seamos solidarios con aquellos que no tienen hogar.
Las mascotas son seres que vienen a enseñarnos algo valioso, si tienes una, aprende a aprender.
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