"Meditar también consiste en notar las diferentes sensaciones que van apareciendo, como la presión, el hormigueo, las vibraciones, los escalofríos... A su vez, sentarse en silencio y hacer nada, nos confronta directamente con la cara oscura de nuestra psique. De ahí que suelen emerger desde nuestras profundidades emocionales reprimidas durante mucho tiempo. Sea lo que sea que aparezca, simplemente lo observamos con aceptación y desapego, pues tal como llega se marcha. No nos hacemos amigos ni enemigos de nada de lo que ocurre en nuestro interior. Lo abrazamos y despedimos con amor.
Con el tiempo y la práctica, en ocasiones sucede que en medio de ese silencio y esa oportunidad, de pronto sentimos una incómoda y angustiosa sensación de vacío. Parece como si un gigantesco agujero negro interior nos quisiera succionar desde dentro. Llegados a este punto, todo se reduce a soltar el control. O mejor dicho, abandonar la ilusión de que controlamos algo. Y a veces ocurre que este dejarse ir impersonal -carente de deseo, intención y voluntad egoicos- finalmente sucede. Es entonces cuando nos fundimos con la respiración, desvaneciéndose todo lo demás.
En este sentido, la entrega incondicional y la rendición absoluta son a la vez la causa y la consecuencia de que se disuelva la mente, desaparezcan los pensamientos y - por ende - se trascienda el ego. Así como muere el yo ficticio con el que solemos estar identificados, surgiendo una presencia, una conciencia y una dicha que lo inunda todo. Deviene entonces el estado de iluminación -nuestra verdadera naturaleza esencial- , en el que la conciencia-testigo presencia una experiencia de unidad, vacuidad y plenitud a la que los místicos llaman "dios"...
Sentarse en silencio para observar la mente no es un medio para lograr un fin sino un fin en sí mismo. Cuando vivimos identificados con el ego es lo último que queremos hacer. En la medida en que vamos profundizando, meditar se vuelve cada vez más sencillo, placentero y agradable, convirtiéndose en algo tan natural como comer, dormir o respirar."
Con una excelente frase de Ramesh Balsekar: "Mientras haya un meditador con expectativas de obtener algo de la meditación, meditar será inútil. La verdadera meditación sucede cuando gradualmente el meditador desaparece dentro de la meditación."
La meditación es una experiencia desde el inicio al final, vivámosla sin juicios y con la constancia iremos perfeccionando nuestros pensamientos y enfoque.
Intentemos.
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