sábado, abril 25, 2020

Decisiones duras

En estos tiempos de reestructuración y problemas económicos, surgió una ola de incertidumbre, escasez y en algunas compañías la reducción de sueldos y, hasta los despidos se volvieron la única alternativa para no desaparecer.

Globalmente es lo que ocurre, muchas veces: cerrar la empresa de la familia, el restaurante emblemático desde hace 30 años o la academia de baile que tanto costó sacar a flote son solo un recuerdo, duro, amargo e inevitable.

La palabra duelo, que viene del latín "dolus" de dolor, es la correcta para cuando algo que teníamos, gozábamos o sentíamos nuestro, deja de existir, deja de pertenecernos y ya no lo tenemos más. El cambiar de casa, el dejar de trabajar en un lugar, el cambiar de pareja, todo necesita un periodo de duelo para ser procesado y aceptado.

Si ponemos una lupa, en la empresa y dejamos un rato de lado lo "injusto" y "frío" que es que te llamen por teléfono y te digan: "agradezco tu entrega, pero nos hemos visto en la obligación de prescindir de tus servicios" y cosas por el estilo, quisiera que recuerdes algo que ocurrió antes de esa llamada.

Me gustaría graficar de alguna manera, testimonios de personas con las que he conversado y también ver la otra cara de la moneda: ¿sabes lo díficil que es sentir que juegas a ser Dios?, ¿sabes lo complicado de armar la lista y tener que elegir personas para despedir?, sabiendo muchas veces sus realidades, el tranzar con la gerencia para tratar de salvar a la persona que tiene un hijo enfermo, el bajarse el sueldo para que al señor que le falta un año para jubilarse puedan mantenerlo en planilla, el NO de un Gerente General para salvar la plaza de un técnico jóven que se acaba de casar y viene un bebé en camino, la desesperación de un Gerente de ventas que tiene que dejar ir a su vendedor estrella por ser un costo alto para la compañía o decirle al operario que siempre fue puntual y correcto que ya no se le puede pagar por 90 días.

Me dirán que soy dramática, pero hay muchos casos de personas que tienen que hacer ese tipo de cosas, que se sienten abrumadas, que lloran cuando cuelgan el teléfono, que no pueden dormir sintiendo una culpa que no es suya; la situación apremia, el dinero se acaba, algunas actividades se pueden modificar para que sigan funcionando pero muchas de ellas no.

¿Quiero que sientas pena por tu Jefe? NO, quiero que comprendas que no eres el único que sufre con un despido, que hay otras personas a las que les importas pero no pudieron hacer nada más y recibieron una lista y tuvieron que llamar uno a uno. ¿Es en todos los casos? NO, pero si en más de los que te imaginas. El final de algo es el nuevo comienzo de otra cosa, tratemos de ser empáticos y no satanicemos a medio mundo. Es momento de resurgir de las cenizas y comenzar a buscar otra alternativa, cargar con culpas ajenas es un problema duro de gestionar, busca ayuda si te tocó estar del lado del que da las malas noticias, no atravieses esto solo, es una situación atípica e impredecible, más no puedes hacer.

Un abrazo fuerte para ti que tuviste que tomar decisiones que nunca hubieras pensado que tendrías que tomar, a seguir adelante, es un aprendizaje duro... tú puedes con esto. Resiste.


No hay comentarios.:

Ira - Educando las emociones

En el libro " Brújula para navegantes emocionales " de Elsa Punset aparece el tema de la ira y cito textualmente: " Aunque m...