domingo, enero 31, 2021

La ciencia detrás de las rutinas


Según la neurociencia, el cerebro prefiere la rutina y el mínimo esfuerzo que hacer grandes cambios, y es que hacer un esfuerzo adicional implica consumo de oxígeno y pérdida de energía, así que el cerebro siempre nos va a llevar a no modificar mucho su funcionamiento.

Joe dispensa en su gran libro "Deja de ser tú" escribe lo siguiente:

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 ¿Por qué esperas en el fondo que te ocurra algo distinto en la vida si cada día tienes los mismos pensamientos, actúas de la misma manera y sientes las mismas emociones? ¿Acaso no es esto la definición de insensatez?

Si el mundo cuántico demuestra que el entorno es una prolongación de tu mente (y que mente y materia son lo mismo), en este caso mientras tu mente siga siendo la misma de siempre, tu vida tampoco cambiará.

En neurociencia existe un principio llamado Ley de Hebb. Afirma básicamente que "las células nerviosas que se activan juntas se conectan juntas ". La regla de Hebb demuestra que si activas repetidamente las mismas células nerviosas, cada vez que se activen les resultará más fácil hacerlo al unísono de nuevo y estas neuronas acaban desarrollando una relación duradera.

Cuanto más se activan estas redes de neuronas, más se conectan en rutas estáticas de actividad. Con el paso del tiempo, sea cual sea el pensamiento, la conducta o el sentimiento que se repita, se volverá automático, un hábito inconsciente. Cuando el entorno intuye en tu mente hasta este punto, tu hábitat se convierte en tu hábito.

Cuanto más activas los mismos circuitos al reaccionar a tu vida exterior, más se parece la configuración de tu cerebro a tu mundo personal. Hablando en términos neuroquímicos, te apegas a las condiciones de tu vida. Y con el paso del tiempo, empiezas a pensar "de la misma forma de siempre", porque tu cerebro activa una serie limitada de circuitos que crean una huella mental en concreto. A esta huella se le llama tu personalidad. 

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La buena noticia es que como tú lo has creado también puedes decidir salir de él. Para crear una nueva realidad personal, una nueva vida, debemos crear una nueva personalidad, convertirnos en otra persona. Para poder cambiar, debes pensar y actuar más allá de tus circunstancias presentes, más allá de tu entorno. Quiero recordarte algo.

    Es posible pensar trascendiendo tu realidad presente, y los libros de historia están llenos de nombres de personas que lo han hecho, de hombres y mujeres como Martin Luther King, Jr., William Wallace, Marie Curie, Mahatma Gandhi, Thomas Edison y Juana de Arco. Cada uno de ellos abrigaba en su mente una realidad futura que existía como posibilidad en el campo cuántico. Todos tienen en común que atesoraban un sueño, una visión o un objetivo mucho mayor que ellos. Todos creían en un destino que era tan real en su mente que empezaron a vivir como si este sueño ya estuviera sucediendo. No podían verlo, oírlo, saborearlo, olerlo ni sentirlo, pero estaban tan poseídos por él que actuaron de acuerdo con esta posible realidad del futuro. Es decir, actuaron como si su visión interior fuera ya una realidad. 

El repaso mental: cómo los pensamientos se convierten en la experiencia

Los participantes de un estudio que ensayaron mentalmente ejercicios de una sola mano en el piano durante dos horas diarias a lo largo de cinco días (sin tocar nunca físicamente el teclado del piano) experimentaron casi los mismos cambios en el cerebro que los que ejecutaron los mismos movimientos con los dedos en el teclado del piano durante el mismo espacio de tiempo. Las imágenes del cerebro
revelaron que: En el cerebro de los sujetos que practicaron mentalmente las escalas y los acordes se formó casi la misma cantidad de circuitos neurales que en el de los que los practicaron físicamente en el piano.

Este estudio demuestra dos puntos importantes. Nuestro cerebro, además de cambiar a pensar de distinta forma, cuando nos concentramos y volcamos en algo, no distingue el mundo interior mental de lo vivido en el mundo exterior. Aquello que pensamos se convierte en nuestra experiencia.

Esta idea es esencial para triunfar o fracasar en tus intentos de reemplazar algunos viejos hábitos (eliminar viejas conexiones neurales) con otros nuevos (generar nuevas redes neurales).

Tanto si adquirimos una habilidad física como una mental, todos empleamos cuatro procedimientos para cambiar nuestro cerebro: adquirir los conocimientos necesarios, recibir las instrucciones prácticas, prestar atención y la repetición . Las instrucciones ayudan al cuerpo a adquirir una nueva experiencia que enriquece al cerebro. Cuando además prestamos atención y repetimos la nueva habilidad adquirida una y otra vez, nuestro cerebro cambia. 

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Entonces podemos crear la realidad que deseamos vivir solo sintiendo y viviendo el momento futuro; obvio con mucho trabajo de por medio; pero de que se puede, se puede y no lo digo yo, lo dice la gente que sabe.


Ahondemos en esto...

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