jueves, octubre 15, 2020

Seducción

Muchas personas (incluyéndome) pasamos por la vida pensando que ser seductor es algo lejano, es coquetería y necesitas ser muy sexy para usar la seducción como arma.

Mi amiga Rocío me regalo el libro "Lecciones de Seducción" de Pilar Sordo el cual lo comencé de curiosa y e fasciné en el trayecto, ¿por qué?, pues porque descubrí que soy una seductora nata y desperdicio ese talento a veces, ¿cómo así?.

Les comparto fragmentos de este libro que ilustran a qué me refiero.

" No solo seduce sexualmente. Uno también seduce para ser simpática, para ser inteligente, para ser atractiva o para poder cautivar en términos de liderazgo dentro de una empresa. Un líder necesita ser seductor, por lo tanto el concepto de seducción involucra además, la capacidad de envolver al otro o de envolverme a mí misma con un ángel, un aura, una energía especial que se puede tener en forma natural, aunque mayormente se aprende. "


Por otro lado especifica que primero debemos ser seductores con nosotros mismos para poderlo ser con la pareja, en el trabajo o cualquier entorno, y comenzarla a ver como una forma de encanto o simpatía y no solo del lado sexual.

En el capítulo uno, escribe sobre la autoaceptación como primer desafío y habla sobre todo, que la mayoría de mujeres casi nunca estamos contentas con lo que vemos en el espejo y tenemos una imagen ideal en nuestra mente de cómo quisiéramos ser y cuando nos miramos al espejo la frustración nos traiciona. Entonces cita en el libro:


" El Primero y gran bloqueo es el autoconocimiento: para poder aprender a quererse, antes hay que saber quién es uno. Este proceso apunta a saber qué me gusta, que me desagrada, que puedo o no puedo cambiar de mí para poder mejorar como persona.

La primera invitación, es que tanto las parejas estables como los que están solos o los que están seduciendo se pregunten quiénes son y en qué situaciones han adoptado una posición de víctima, haciendo ver que no pueden cambiar una realidad.

Preguntarse qué es lo que quiero, con la edad que tengo, que me gusta de mi cuerpo y que no, qué estoy dispuesto a hacer o que no estoy dispuesto a ceder, parecen ser elementos clave en este primer desafío.

...

Pasar a la segunda etapa, usted debe tener medianamente configurado este proceso de autodescripción, tanto en relación a las virtudes como a las áreas por desarrollar -prefiero llamarlas así y no "defectos", que es un concepto más estático -.  En la medida en que yo tengo claros cuáles son los aspectos que tengo que mejorar, viene el segundo gran bloque que es la autoaceptación.  Y esto pasa necesariamente por reconocer y asumir lo que no puedo cambiar e intentar establecer estrategias para lo que sí es modificable dentro de mis posibilidades.

En esta etapa pienso que es importante incorporar el buen humor y la capacidad para reírse de uno mismo frente a las cosas que no se pueden cambiar. Por ejemplo, en mi caso, yo tengo la rodillas chuecas, hacia dentro, probablemente por un pie plano desde chica.  A esta altura de mi vida ya no lograré cambiarlo, pero si me puedo reír junto a mis hijos por correr con las piernas chuecas o de que las rodillas se me vean arqueadas cuando me pongo una falda más corta. Frente a eso no gano nada con quejarme porque no tiene posibilidad alguna de modificación.


Este punto creo que es fundamental el tema del lenguaje que utilicemos con nosotras mismas. Las palabras como "estoy" o "soy" marcan una diferencia gigante en nuestra estructura psicológica. Si alguna dice, por ejemplo, "estoy flaca" es distinto a que señale "soy flaca", porque si digo "soy flaca" hablo de un estado permanente en el tiempo. Yo tengo las rodillas chuecas pero no es que "esté" con las rodillas chuecas.  Por lo tanto, es importante diferenciar a que espacios de mí misma les voy a dar salida y cuáles son los que tengo que asumir como estados permanentes. Estados frente a los que tendré que desarrollar sentido del humor o fortaleza interna para poder aprender a convivir con ellos. Tengo que empezar a usar los términos verbales relativos a cómo "estoy" de una determinada forma, porque eso me abre un camino para dejar de "estar", si es que no me gusta esa característica. Esto también me permite poder premiar los aspectos positivos o las fortalezas que puedo ir desarrollando dentro de esta configuración de autoestima.
"

Los invito  leer este libro, son 163 páginas de letras grandes y con un lenguaje simple, que atrapa; muy interesante para romper el tabú de que la Seducción es algo sexual, ajeno, poco importante y hasta inalcanzable. Todos podemos ser seductores, empecemos por caernos bien a nosotros mismos.

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