Mi papá tenía una frase: "si no vas a hacer las cosas bien prefiero que me digas que no quieres hacerlo". Por un lado era promotor de hacerlo todo lo más cercano a lo perfecto posible, por otro lado a veces provocaba decir no quiero hacer nada entonces.
Cada persona tiene su forma de pensar y la respetamos pero cuando tuve hijos y traté de hacerles entender que a veces las cosas no salen bien y que esa era una opción cuando alguien hace algo nuevo o difícil.
Sin embargo ese miedo a equivocarnos, en un gran porcentaje de la población, genera una ansiedad, un sentimiento inmanejable; al pensar simplemente que uno puede ser juzgado por un error y dejamos de intentar hacer cosas nuevas o hacer lo cotidiano de una manera distinta y no porque seamos incapaces de lograrlo, sino por ese miedo que da vueltas a la cabeza de que si me equivoco lo puedo perder todo.
Evaluemos bien si no estamos avanzando por el miedo al que van a decir los demás; que no sea por miedo al miedo, tratemos de interiorizar que el error es aprendizaje. Sí se puede.
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