miércoles, abril 14, 2021

Hacer nada sin culpa

Parte del proceso del auto descubrimiento es aprender a vivir con el silencio y es que estamos tan acostumbrados a que siempre alrededor haya ruido y a veces hasta es aburrido la falta de sonido.

Una de las cosas más duras de estar en silencio es el tratar de estar contigo mismo, luchar con tus demonios y tratar de quitar los pensamientos recurrentes; sin embargo, terminamos por ver una serie en Netflix o escuchar algún playlist en Spotify y sentir que por lo menos ya no tenemos que pensar mucho, porque estamos "ocupados".

Hay veces en los que el silencio nos enfrenta con pensamientos que no suman y con sensaciones como de vacío. Existe un juicio heredado por generaciones, esa falsa creencia de que estar en quietud es ser flojo o es perder el tiempo, no permite encontrarnos con ese "Yo interior" tan importante, que nos permite hacer cuestionamientos, que son justamente los que necesitamos para crear los grandes cambios en nuestra vida.

Los años que me dediqué a ser ama de casa, siempre buscaba una actividad adicional para generar ingresos: desde vender cosméticos y productos para adelgazar hasta hacer artesanía y pastelería fina. El hecho de sentir que había tiempo para no hacer nada me aterraba. Sobre todo porque tenía dos hijos pequeños que dependían de mí para muchas cosas.

Cuando los niños fueron creciendo, empecé a buscar actividades que me demandaran más tiempo, pero seguía en lo mismo, no hacía auto análisis y no trabajaba en el autoconocimiento; realmente terminaba tan cansada que apoyaba la cabeza en la almohada y caía rendida.

Cuando empecé a ir a terapia problemas de pareja y me pidieron trabajar en mejorar la percepción que tenía de mí misma, tuve grandes problemas para tolerar el silencio y no encontraba manera de estar sola, lo único que llegaba a mi mente era el sentirme sola; que no es lo mismo. Estar solo es por elección sentirse solo es una consecuencia de no valorarse.

Hasta que por fin llegó el momento, haciendo un poco de yoga, meditación, aprendiendo a hacer hipnosis y practicando el silencio mientras aprendía al ser Coach llegó ese maravilloso momento.

Era un regalo de mi para mi,  que me lo merecía, ese estar en el "aquí y el ahora" sin pensar en lo que pasó ayer y sin preocuparme de lo que hay que hacer mañana, tener un espacio personal durante el día en el que pueda estar simplemente en silencio "haciendo nada".

Hay veces miro un punto fijo y le tomo atención a mi respiración, otras veces cierro los ojos y escucho los sonidos de mi entorno sin juicio y sin analizarlos. Lo ideal es llegar a tu zona de paz y esa parte de tu ser en calma que nivela la energía de tu cuerpo y te ayuda a poder pensar con claridad y buscar soluciones pensando en cosas que podrían ayudarte a lograr grandes cambios.

¿Quieres relajarte? así se comienza.

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