lunes, enero 21, 2019

After office ¿en casa?


Buscando temas interesantes para talleres de padres, no tanto orientados a cómo criar, sino a cómo mejorar nosotros emocionalmente y trabajar en el desarrollo personal. Encuentro muchísimo de como manejar las emociones en la oficina y casi nada sobre como salir de la oficina y manejar las emociones en casa.


En un video del BBVA España, compartido en Facebook por la comunidad Waldorf la especialista decía y cito textual:

 "¿Cómo vamos a pedir a nuestros hijos que gestionen el conflicto si nosotros no sabemos hacerlo?, ¿Cómo vamos a pedirle a nuestros hijos que digan las cosas con cariño si nosotros no sabemos tratarnos con cariño?.
Poder desarrollar la grandeza interna, es el primer paso para la educación

La oficina nos consume, en el mejor de lo casos , 8 horas; internet nos ofrece muchas opciones para "olvidar" el estrés de la oficina y centrarnos en el bienestar personal; pero -siempre hay uno- ¿qué pasa cuando tienes hijos? y hay que regresar a la casa.

Volver cargado de fastidio por la conflictiva que se queja de todo cada mañana, por el grito de tu jefe por un tema que derivaste a tu asistente y olvidaste revisar, en el almuerzo te tocó un poco desabrido el pollo y encima la cafetera de la oficina colapsó.

El ejemplo anterior es algo caótico, hay veces con una sola cosa te sale humo de la cabeza, te peleas con el tráfico y cuando por fin llegas a casa, viene un ser con dos colitas, te abraza y te dice : "¿Me ayudas a hacer mi tarea?".

Hay veces reniegas: ¿por qué esperas a que yo llegue para hacer la tarea, has visto que hora es?, otras veces, escribes por internet a la profesora una queja por dejar tareas que los mismos chicos no pueden solucionar solos, y podría seguir enumerando alternativas; pero casi nunca está la frase en la cabeza: mi hija me extraña, me necesita, es una forma de estar juntas haciendo algo que es importante para ella.

Entonces, me dirás: ¡Qué fácil suena cuando no estás con el hígado revuelto!

Eso se llama manejo de emociones, el detenerse a pensar antes de reaccionar.

Es común pensar entre mujeres de mi edad (40s) que mi Mamá nunca se sentaba conmigo a hacer una tarea, ella renegaba con los quehaceres de la casa o llegaba del trabajo molida a comer algo y ver la novela para dormir. No pierdas de vista que tenías algo que se llamaba barrio, personas con quién compartir, conversar, salir a correr o el infaltable vecino talentoso que te ayudaba con alguna tarea. Eso casi no hay.

Hay meditación after office, hay personas que van al gimnasio, otras estudian en la universidad. No quiero decir que esto esté mal, hay muchas formas de canalizar el ímpetu, disminuir el estrés y manejar las emociones, pero, tus hijos necesitan un papá y/o una mamá, necesitan afecto, saber que estás para ellos, la presencia, no solo el cuento de buenas noches.

Recuerdo oír sobre un experimento: se pone una mona de madera y una mona de metal, la segunda con un biberón con leche. El bebé mono abrazaba fuerte a la mona de madera aunque tuviera hambre, porque necesitaba el calor de un cuerpo. Los chicos necesitan que estemos, contacto, los 5 sentidos con nosotros.

Ojo, estar no es mirar Netflix mientras te conversa, es ponerle pausa y escucharlos o ¿a ti te gusta que les estés hablando y miren la tele a la vez?.

Podríamos hacer una prueba: Respira un par de veces profundo antes de abrir la puerta de casa cuando llegues y sonríe al entrar, trata por un día a tus hijos como te gusta que te traten y abraza sin decir nada sin motivo aparente.

Vamos a intentarlo.

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