domingo, enero 06, 2019

Escuelas para padres

Me gusta ir a las escuelas para padres, suena raro pero es cierto. En el colegio de mis hijos las Monjitas cuidan a los niños mientras que los papás estamos en las charlas, estrategia que logra que muchos papás puedan asistir.
Otra buena idea es que una vez al año hay una escuela solo para mamás y otra solo para papás, el tema de roles es trillado pero muy importante. Según lo más primitivo de la mente: la madre, acoge y el padre, pone límites. A veces no es posible pero es lo ideal según los especialistas.

Estas escuelas, normalmente trabajan temas orientados a cómo criar, cómo guiar, cómo enseñar y cómo manejar a los hijos. Consejos muy útiles, tips, dinámicas y demás.

Te imaginas una escuela de padres donde te enseñan cómo manejar el estrés de la oficina en tu casa, cómo canalizar tus emociones, como perdonarte a ti mismo, como crear un tiempo en el día en el que te reconoces como ser  humano y no solo un padre de familia. 


Cómo lograr una comunicación asertiva  con nuestros hijos y nuestra pareja, cómo manejo la ira, cómo rompo patrones (dejo de repetir la misma historia de lo que hicieron mis padres conmigo).

Suena "raro" o sin sentido para muchos, pero si tus hijos son 90% tu y 10% lo que les ordenas, si el inconsciente es el 95% de la mente y el 5% es conciencia y si hablando en fácil: " una acción vale más que mil palabras" ¿Cómo podemos exigir chicos que toleren la frustración, que no se depriman porque les salió un granito, que saquen malas notas porque tienen flojera y etc. si nosotros no somos capaces muchas veces de reconocer que nos falta manejar nuestras emociones, reacciones y crear buenos hábitos?

Es fácil gritarle a tu hijo de 10 años por sus malas notas cuando a los 6 años no te sentaste a enseñarle a estudiar, es bien fácil criticar un dibujo de arte cuando el arte es algo personal y único, pero como no lo hizo como tú lo harías, está mal hecho según tu punto de vista... y llenamos la cabeza de nuestros hijos de frases que no suman, que no le aportan y que lo hunden de a poquitos.

Suena a reproche, quizá lo sea, pero nunca es tarde, podemos comenzar hoy, analizando cómo hacemos las cosas, corrigiéndonos a voluntad a nosotros mismos y los cambios empiezan a llegar, parte de ser padres es servir de inspiración, es triste leer estudios donde dicen que las mujeres se casan mayores porque mueren de miedo de tener la vida de sus madres, quieren dinero, poder, estabilidad económica, cartones universitarios y cuando se dan cuenta el tiempo pasó, no es todo el mundo pero si muchas mujeres.

Como le decía a una amiga de mi hijo de 15 años el otro día: " hubiera sido tan útil que hubieran nacido con un manual en la axila para saber qué hacer", ella se rió, hay veces se nos acaban lo recursos, hay veces sentimos que ya no podemos más.

Respira, muchas veces lo que tanto te molesta de tu hijo es lo que te molesta de ti mismo, si es así, haz algo y todo va a "fluir"; no tienes idea como frases simples y cambios chiquititos pueden hacer que las cosas en casa se "desbloqueen" y empiece todo a funcionar.

Intenta con algo, quizá tiende tu cama al levantarte o lava lo que ensucias en el desayuno y enseña, no sabes lo rico que se siente decir: "Mira qué fácil es, yo te enseño" y que ellos comiencen a crear hábitos, conductas y mejoren contigo, todos juntos.

¿Probamos? 

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