¿Por qué duele tanto dejar ir a alguien que amamos, incluso si sabemos que no es bueno para nosotros?
La neurociencia y la psicología clínica explican que el amor activa en nuestro cerebro un circuito de recompensa similar al de una adicción: dopamina, oxitocina y serotonina se elevan cuando estamos cerca de esa persona. Cuando nos separamos, estos químicos se desploman… y aparece la ansiedad, la tristeza profunda, el insomnio y la sensación de “vacío”.
Desde el punto de vista cerebral, se activa la amígdala (responsable del miedo y el dolor emocional) y disminuye la actividad en la corteza prefrontal, dificultando pensar con claridad. Además, aumentan los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
En el cuerpo también ocurre una revolución: el síndrome del “corazón roto” es real, y el sistema nervioso se altera, generando palpitaciones, dolores de pecho o falta de energía. Todo esto forma parte del duelo.
¿Qué puedes hacer para ayudarte?
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Cortar contacto real: nada de espiar redes ni mensajes.
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Expresar el dolor: hablar, llorar, escribir.
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Hacer ejercicio físico.
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Apoyarte en personas que te aman.
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Resignificar: ver la relación con claridad, sin idealizar.
Separarte puede ser doloroso, pero también puede ser el primer paso hacia tu libertad emocional.
Te leo en los comentarios.
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