¿Alguna vez dijiste “mañana empiezo” y ese mañana nunca llegó? Tranquilo, no estás solo. Procrastinar es uno de los hábitos más comunes entre los jóvenes de 18 a 30 años. El problema no es la falta de tiempo, sino cómo nos relacionamos emocionalmente con las tareas.
¿Qué hay detrás de la procrastinación?
Procrastinar no es solo flojera. Muchas veces es miedo:
👉 Miedo a no hacerlo perfecto.
👉 Miedo a fracasar.
👉 Miedo a no estar a la altura.
👉 Miedo a la crítica
Y otras veces, es simplemente que la tarea nos abruma y no sabemos por dónde empezar. Esa sensación de “todo junto” nos paraliza.
¿Cómo empezar a cambiar?
Aquí van tres claves para dejar de postergar sin culpas:
💪Divide y vencerás: En lugar de pensar “tengo que estudiar todo el módulo”, enfócate en “voy a leer 3 páginas”. Pequeños pasos vencen grandes resistencias.
💪Ponle nombre a tu emoción: ¿Qué estás sintiendo cuando evitás la tarea? ¿Ansiedad, aburrimiento, inseguridad? Ponerle nombre te da poder sobre ella.
💪Celebra los microavances: Cada pequeño logro merece reconocimiento. Así entrenás a tu cerebro para asociar el hacer con una emoción positiva.
Conclusión: Dejar de procrastinar no es cuestión de voluntad, sino de conciencia emocional. Cuanto más te conozcas, menos poder tendrá ese “mañana empiezo”.
Te leo en los comentarios.
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