Las relaciones a distancia pueden parecer intensas, incluso mágicas. Hay algo idealizado en amar a alguien que no está cerca: la mente rellena los silencios con esperanza, y la falta de contacto físico se compensa con palabras cargadas de deseo.
Pero también hay riesgo.
¿Cuáles son los riesgos reales de una relación a distancia?
🔸 La fantasía puede reemplazar a la realidad. Uno idealiza al otro, y no ve lo cotidiano, lo complejo.
🔸 La desconexión emocional crece con el tiempo. Sin espacios compartidos, la intimidad puede debilitarse.
🔸 Surge el miedo constante a perder. Los celos, la ansiedad, el control disfrazado de “cuidado”.
🔸 La vida real avanza sin el otro. A veces, el amor sobrevive, pero los proyectos no se sincronizan.
Entonces…
¿Tiene sentido amar a alguien que no está cerca?
Sí, si el amor es libre, maduro y consciente.
Sí, si hay un propósito claro y una dirección en común.
Pero no si el amor es solo una evasión del presente, un consuelo romántico que duele más de lo que sostiene.
Amar a la distancia puede ser hermoso…
Pero solo si está sostenido en el compromiso real de encontrarse en algún punto. No solo en el deseo, sino también en el tiempo y en el espacio.
Porque el amor necesita alma, pero también cuerpo.
Y a veces, el alma sola… no alcanza.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario