martes, abril 22, 2025

Emociones y grasa abdominal: lo que tu cuerpo quiere decirte


Cuando hablamos de grasa abdominal, lo primero que pensamos suele ser en una mala alimentación o falta de ejercicio. Pero, ¿sabías que tus emociones también tienen mucho que ver?

El abdomen es una de las zonas más sensibles al estrés emocional. Cuando estamos sometidos a situaciones de ansiedad, preocupación constante, frustración o tristeza, nuestro cuerpo libera cortisol, una hormona conocida como “la hormona del estrés”.

El exceso de cortisol tiene varios efectos negativos, pero uno de los más evidentes es la acumulación de grasa en la zona abdominal. Esto sucede porque el cuerpo interpreta el estrés como una amenaza y activa su modo de supervivencia, almacenando grasa para “tiempos difíciles”.

Además, las emociones influyen directamente en nuestros hábitos alimenticios. ¿Cuántas veces has comido sin hambre real, solo por ansiedad o aburrimiento? Esto se llama hambre emocional y puede convertirse en un círculo vicioso: me siento mal → como para calmarme → me siento culpable → vuelvo a comer.

¿Qué puedes hacer al respecto?

  • Practica la alimentación consciente: identifica si tienes hambre física o emocional.

  • Realiza actividad física con regularidad, no solo por estética, sino por salud mental.

  • Trabaja en tu gestión emocional: medita, escribe, habla con alguien de confianza o busca ayuda profesional.

  • Cuida tu descanso: dormir mal también eleva el cortisol.

Tu bienestar es integral. Si trabajas tu salud emocional, no solo te sentirás mejor por dentro, también empezarás a verlo reflejado en tu cuerpo.

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