miércoles, abril 16, 2025

Ansiedad y Alimentación: ¿Cómo se Conectan?

 La ansiedad no solo afecta nuestras emociones, también impacta directamente en la forma en que comemos. Cuando estamos ansiosos, nuestro cuerpo entra en un estado de alerta que puede alterar el apetito: algunas personas sienten la necesidad de comer más (especialmente alimentos ricos en azúcar o grasa), mientras que otras pierden el apetito por completo.

¿Por qué sucede esto?


El estrés activa la producción de cortisol, una hormona que puede aumentar el apetito y hacernos buscar alimentos reconfortantes. Este "hambre emocional" no responde a una necesidad física, sino a un intento del cuerpo por calmarse. Cuando terminamos una relación por ejemplo, necesitamos dopamina, que es el químico de la recompensa y en la comida encontramos esa "palmadita", s
in embargo, el alivio suele ser temporal y puede generar culpa o malestar después.

¿Qué puedo hacer?

  • Identifica tus detonantes: ¿Comes por hambre real o por ansiedad? Haz una pausa antes de comer, toma agua (a veces confundimos hambre con sed).

  • Opta por alimentos que calman: Frutas, nueces, avena, chocolate amargo y té verde o de guaraná que ayudan a regular el estado de ánimo.

  • Establece rutinas: Comer a horas regulares y dormir bien ayuda a estabilizar cuerpo y mente. Haz ejercicios, sal a caminar.

  • Respira antes de comer: Una respiración profunda puede ayudarte a tomar decisiones más conscientes.

La relación entre ansiedad y alimentación es real y compleja. Escuchar a tu cuerpo y cuidar lo que comes puede ser un primer paso para sentirte mejor, por dentro y por fuera.

No hay comentarios.:

Crianzas que dejan huellas: Lo que los golpes enseñan (y deforman) en el cerebro de un niño

La violencia física en la infancia no solo deja marcas en la piel: deja huellas profundas en el cerebro. Desde la neurociencia, se ha demost...